Lo primero es entender de donde surgen todos estos mercados y ferias y todo comienza con la creación de las ciudades a lo largo y ancho de Europa a partir del siglo XI cuando comienzan los negocios y mercaderías de todo tipo de artículo con el que comerciar. En cada ciudad con una asiduidad semanal o diaria hay un mercado, reunión de comerciantes, u otro encuentro comercial, y en ciudades más preparadas por su riqueza o situación estratégica se organizan las ferias.
En un principio surgieron para que los comerciantes que no podían proveerse de mercancía en las cercanías pudieran hacerlo en un sitio específico y en una fecha señalada, sobre todo al por mayor.


Con el tiempo se fijaron fecha de celebraciones, siendo por costumbre de una duración semanal, se organizaron para evitar coincidencias y así poder desplazarse de un mercado a otro los vendedores: tomando como inicio las fechas del "buen tiempo" comenzaban las ferias situadas en las cercanías del Camino de Santiago adentrándose seguidamente en las ciudades de interior y el sur, para volver a terminar en septiembre nuevamente en el Camino de Santiago.
Una de las primeras ferias documentalmente conocida es la de Valladolid de 1152, creada por Alfonso VII, así como unas cuantas más iniciadas en el mismo siglo (Sahagún, Palencia, Madrid, Cuenca, Cáceres, etc.). Alfonso X, "el Sabio", constituye en Sevilla a mediados del siglo XIII, dos ferias al año (abril y septiembre) con una duración cada una de 30 días.
Como las ferias eran frecuentadas por mercaderes del exterior trayendo sus propias mercancías, se vieron en la situación de poner puertos de control estratégicos para transporte de mercancía y cobro de impuestos (aduanas). En Andalucía fueron los de Huelva, Cádiz, Vejer, Sevilla y Jerez los que se crearon.
Ahora sí! Los orígenes de la Feria de Abril se encuentran en el 25 de agosto de 1846 cuando Narciso Bonaplata (catalán) y José María de Ybarra (vasco) redactaron una propuesta que llevaron al Cabildo Municipal pidiendo que le autorizaran durante los días 19, 20 y 21 de Abril para celebrar una feria anual, permiso que les fue concedido después de unos "tiras y aflojas" con el alcalde Conde de Montelirio, que pensaba que ya existían otras dos ferias muy próximas, la ganadera de Mairena del Alcor (cuya Feria es la más antigua de Andalucía, desde 1441, y primera en celebrarse, una semana antes que la de Sevilla), que velarían el éxito que prometían los dos organizadores. En marzo de 1847, la reina Isabel II concedió a Sevilla el privilegio de feria, celebrándose un mes más tarde la primera de la ciudad con la duración de los tres días expresados.
La primera feria ganadera se ubicó en el Prado San Sebastián, en esos tiempos este espacio se encontraba en las afueras de la ciudad, en el presente es uno de los lugares más céntricos de la capital, codeándose con la Fábrica de Tabacos (actual Universidad de Sevilla) que era el único edificio que estaba levantado por esas fechas, mucho más tarde se edificarían la Plaza de España y también se colocaría el monumento a Rodrigo Diaz de Vivar, "El Cid Campeador". Contaba con un total de 19 casetas y fue tan grande el éxito obtenido que pocos años más tarde, en 1850, hubo que separarse lo que era la mercadería del ganado y el espacio para la diversión.

Visto el éxito de sus primeras vísperas, al Ayuntamiento se vio obligado a ir ampliando el lugar de celebración y la publicidad de la ocasión, en 1890 es editado el primer cartel oficial anunciador de la feria, en 1910 se difunden folletos divulgativos. El año 1914 los tres días se convierten en cinco, la añadidura del sexto día de feria se produciría en 1952.
A partir de la década de 1920 la feria se empieza a parecer a lo que es ahora, una ciudad artificial y efímera de sólo unos días de duración donde se instalan casetas para el regocijo de los visitantes foráneos y autóctonos, vendedores, juerguistas, curiosos, artistas y famosos.

Como la feria no deja de "crecer" se ha especulado que en un plazo próximo cambie nuevamente de ubicación a un lugar de mayores dimensiones, uno de los lugares estudiados, es la zona conocida como el Charco de la Pava, antigua zona de aparcamientos de la Expo92, utilizados en la actualidad como aparcamientos de la Feria, siendo el mayor problema de estos, el que es una zona inundable.
La primera portada que se levanta en la Feria data del año 1949, cada año la portada está dedicada a algún acontecimiento importante, monumento o edificio de la ciudad, pudiendo alcanzar una altura cercana a los 50 m de arcos y torres con cierto toque de arquitectura regionalista, y puede ser observada tanto de día como de noche gracias a los varios miles de bombillas que la iluminan. No obstante, el origen de las portadas en la Feria se remonta casi a sus orígenes, pues llegó a convivir hasta 1868 con la llamada Puerta de San Fernando de la antigua muralla. Posteriormente ejerció como portada la propia Pasarela (eliminada en 1921). La reproducción de monumentos sevillanos evoluciona, poco a poco, hacia una mayor libertad temática, como en la última de 2010, dedicada al centenario del primer vuelo en Tablada o las conmemorativas de los centenarios de los equipos de fútbol sevillanos.

En los primeros tiempos de la feria, al estar relacionada con la venta de ganado, lo que se calificaba de caseta era el equivalente a un establo. En la correspondiente al año 1849 el Ayuntamiento montó la primera caseta tal como se entiende el término ahora. Su estilo era el de una tienda de campaña, con la intención de vigilar y mantener el orden público, que cambió al poco tiempo debido al ambiente festivo que allí existía. Un año después se colocaron otras casetas con diversos elementos de ocio, alimenticios y otras utilidades.
Con el transcurso de los años, familias y algunas instituciones quisieron disfrutar más tiempo de ese espacio que se aventuraba anual, eso hizo que el número de casetas fuese en aumento, cada cual la adornaba a su antojo quedando todo muy pintoresco, adquiriendo formas morunas, circulares, militares... Fue en el año 1919 cuando se consiguió cierta uniformidad en el estilo, basandose en un diseño realizado por el pintor Gustavo Bacarisas. La uniformidad total se consiguió en el año 1983 cuando se establecieron normas para el montaje.

Cada caseta está compuesta por una estructura de tubos enganchados unos a otros recubiertos por una lona con listas en colores verdiblanco o rojiblanco de unos 10 cm de ancho, la parte externa tiene como principales objetos decorativos la pañoleta, coronando la fachada adornada con dibujos o motivos barrocos tradicionales o regionales y conteniendo el nombre de la caseta o un elemento identificativo, o las dos cosas al mismo tiempo, y la barandilla, que hace de "terraza" al mismo tiempo.
Las cortinas de la entrada a la caseta deben estar cubiertas obligatoriamente de material ignífugo. En el interior existe una división realizada por unas simples cortinas en dos partes, la perteneciente a la entrada al espacio, está decorada a gusto de los responsables de la caseta, sin motivo publicitario alguno, es la llamada "parte noble", aquí debe existir un "suelo de tablas", aunque muchas casetas lo tienen hormigonado, pero no es impedimento para colocar una tarima que sirva para el baile. El acceso al interior o la trastienda no debe estar oculto por nada. Los motivos decorativos sirven para además de llevarse algunos de los diversos premios que el Ayuntamiento otorga a las casetas, también son para mostrar características particulares de los responsables de la caseta en sí. En la actualidad el número de casetas que conforman la Feria asciende a 1047.
Los sevillanos que tienen casetas propias, (no todas las casetas son propiedad de sevillanos, muchas son gestionadas por empresas) hacen de la caseta un trozo más de su propia vivienda donde reciben a los distintos grupos de amigos, familiares, conocidos e invitados, todos tratados con la misma cordialidad en un ambiente amigable y de relajación, donde se les invita a probar los dispares alimentos y vinos de la región, al tiempo que existe un ambiente musical muy típico de la época como son las sevillanas y hay hasta quien se arranca a cantar y bailar bajo los sones de las distintas melodías ambientales.
Muchas de las casetas no permiten el acceso al interior si no es previa muestra de invitación o compañía de un socio de la caseta. A los visitantes de la feria que no tienen donde acudir se les invita a pasar por las casetas que tienen acceso libre, como son las múltiples casas regionales, los sindicatos y partidos políticos y los distritos de la ciudad. Para identificarlas se puede acudir a la caseta de información situada justo al lado de la portada donde se puede solicitar un plano de la Feria, con una relación detallada de las casetas existentes o la ubicación de una caseta en concreto.
Esta es nuestra feria y su origen y probablemente sin ella no seriamos los mismos. Sin mucho más que añadir os espero la próxima semana con una entrada nueva. Un saludo!
FUENTES:
sevillaferiaabril.com
wikipedia
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